El té negro es un té que ha sido fermentado, de bajo contenido en sodio, grasas y calorías. Mantiene su sabor durante varios años y generalmente posee un aroma más fuerte y contiene más cafeína que otros tés.
Proviene del mismo arbol que el té verde, pero su proceso de elaboración consta de un total de cuatro etapas: marchitamiento, enrollado, fermentación y secado.
El té Negro posee un alto poder antioxidante: como dato, el té negro nos aporta polifenoles y flavonoides, lo que ayuda a mejorar la capacidad de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos. El consumo de té negro se asocia a una incidencia menor de riesgo cardiovascular y ayuda a que el colesterol HDL (colesterol bueno) no se oxide.